Según el artículo 141 de la LOE-LOMCE, la evaluación no solo evalúa los procesos de aprendizaje y resultados de los alumnos, sino también la actividad del profesorado, los procesos educativos, la función directiva, el funcionamiento de los centros docentes, la inspección y las Administraciones educativas.

Además, la Junta de Andalucía ha propuesto varias guías, entre las que podemos utilizar las Orientaciones para la evaluación del alumnado en la Educación Secundaria Obligatoria y Orientaciones para la evaluación del alumnado en el Bachillerato, los cuáles nos proporcionan una idea general sobre cómo evaluar objetivos y estándares de aprendizaje de forma cualitativa.

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http://www.edudactica.es/normas/instruc/Orienta%20Eval%20Bach.pdf

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Evaluar no es lo mismo que calificar, ya que la evaluación es cualitativa y la calificación es cuantitativa. Otras diferencias que podemos encontrar entre ambos se explican en el siguiente vídeo:

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https://www.youtube.com/watch?v=mpywKCQqYv0

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En resumen, la normativa vigente dice que la evaluación debe ser continua, formativa e integral. Esta debe mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje a través de la motivación, la adaptación a las NEE y NEAE, la evaluación del docente, y el uso de diferentes procesos e instrumentos en función de la situación de aprendizaje (véase el RD 1105/2014 art. 20 y 20.4, la Orden ECD/65/2015 arts. 5.5, 7 y 7.4, el Decreto 110/2016 y 111/2016, la Orden de 14 de julio de 2016 y sus anexos).

Pasemos a ver diferentes instrumentos de evaluación:

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La rúbrica requiere una mención especial ya que es la que va a permitir al profesor obtener una visión más acertada del nivel de adquisición de las competencias básicas y va a permitirle evaluar de una forma cualitativa siguiendo la normativa vigente. Existe una página web que nos permite crear rúbricas en función de la materia y la situación de aprendizaje: matemáticas, ciencias sociales, expresión oral, comprensión escrita, etc.

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http://rubistar.4teachers.org/index.php

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A través de una tabla en Excel podemos convertir el nivel de adquisición en cada una de las rúbricas adaptadas al criterio en una nota numérica, pudiendo así calificar a los alumnos de una forma objetiva sin que nuestro criterio evaluador se vea afectado por la calificación propia del sistema educativo español.